miércoles, enero 28, 2009

MATEMÁTICA ETARRA EN VASCONIA

Igual no todos los abertzales de izquierda son proetarras. «Queremos acumular fuerzas e impulsar un espacio independentista y progresista como sujeto determinante del cambio político y social en Euskal Herria». Es lo que han declarado como objetivo los promotores de la plataforma D3M. Quieren acumular fuerzas. Probablemente haya entre los poco más de cien mil votantes habituales de la clandestina e ilegal Batasuna un porcentaje de contrarios a la violencia. La acumulación de fuerzas ha sido un concepto estratégico para ETA. De hecho, los frentes político, sindical y los distintos disfraces de infiltración social que tiene ETA forman parte de esa estrategia terrorista de acumulación de fuerzas. Algunos consideran que la acumulación de fuerzas está detrás de la legitimación jeltzale de ETA en Lizarra en 1998. Igual es casualidad que D3M utilice la acumulación de fuerzas en su argumentario.

Tal vez la acumulación de fuerzas sea el concepto detrás de la matemática de D3M. Si no es por medio de este cocinado teórico, es difícil pasar de cien mil votantes a tres millones de posibilidades. La población de Euskadi está rondando los dos millones cien mil habitantes. Contándolos a todos, maketos y vascos impuros incluidos. Haciendo un ejercicio de deducción simple, los tres millones que bautizan a la nueva plataforma electoral deben simbolizar a la población mítica de Euskal Herria. Los tres millones no equivalen a los tres territorios de Euskadi, sino a los siete herrialdes de Vasconia.

D3M parece una fórmula matemática. O mejor, una fórmula de física teórica. Aunque nada de física cuántica. Estamos en física tradicional. Lo que describe esta ecuación es relativamente sencillo. Si el presidente Zapatero considera que es estratégicamente rentable dejar un espacio mínimo de expresión al abertzalismo proetarra, esperarán a que se anulen la mayoría de sus candidaturas para colar unos pocos concejales pseudobatasunos en ayuntamientos de Euskadi. No serán tres millones, pero con que sean tres bien colocados, a estas alturas del partido, basta. Es dudoso que Zapatero, que debe de haber entendido ya que para desactivar a ETA hay que desarrollar una estrategia intensiva de desarticulación de todos sus frentes, vaya a retroceder a una fase de contemporización con la Batasuna de la ETA actual. Y aún menos viable es tal posibilidad teniendo todavía depositada alguna esperanza en el tándem Ternera-Otegi. Aunque, por si acaso…

La alternativa más plausible sobre el propósito de la fórmula D3M es, sencillamente, molestar. Desde que se aplicara la ley de partidos, en vía administrativa, o la instrucción de la Audiencia Nacional, en vía penal, ETA siempre ha presentado una candidatura a los procesos electorales. También siempre ha conseguido infiltrar en la cocina de las instituciones democráticas a potajes completos, como el PCTV, o a garbanzos aislados, como ANV. Ahora tiene complicado servir siquiera el postre (esperemos). Sin embargo, con la mera candidatura ya molestan. Con D3M consiguen poner en marcha el procedimiento legal de investigación e inhabilitación de candidaturas, aprovechando toda la publicidad victimista generada por el proceso. El victimismo es como el maná espiritual para las artríticas bases abertzales. D3M es una pócima interna para las desorientadas y anémicas facciones proetarras.

Ya sólo con atizar la hoguera del victimismo, D3M les merece la pena. Adicionalmente, en eso de molestar, la segunda derivada de D3M es instalarse en la conciencia de aquellos votantes descarriados que tengan la tentación de adscribirse a la izquierda abertzale alejada de ETA. Es una incógnita cómo será el aterrizaje electoral de la nueva izquierda abertzale, materializada en la coalición Eusko Alkartasuna-Aralar, pero en sí misma ya es la ejemplificación de que el abertzalismo independentista tiene encaje político sin el asesinato como doctrina. Los profesionales de la mafia etarra intuyen desde sus íntimas entrañas que la mayor amenaza interna para la banda es una opción política abertzale emancipada de su control. No les gusta EA, detestan a Aralar y han castrado a Otegi. La historia de ETA desde la quinta asamblea de 1966, con un aparato armado capando una y otra vez al aparato político, es testaruda en demostrar esta visión épica en torno a la predominancia, y profesionalización, del más bruto del patio del colegio.

(publicado en El Correo, 28 enero 2009)

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miércoles, enero 21, 2009

EL DISEÑO DEL ENEMIGO PARA OBAMA

El movimiento fundamentalista Hamas fue financiado e impulsado por Israel y la CIA desde los años ochenta para debilitar a la OLP de Yasir Arafat. Aproximadamente en la misma época la CIA, utilizando con probabilidad canales del Mossad israelita, sufragaba a un tal Saddam Hussein y a su partido nacionalista Baaz para debilitar a un Irán homeinista con el que estaban en guerra. En paralelo, la CIA financiaba al movimiento talibán y a un colectivo insurgente comandado por Ossama Bin Laden a fin de expulsar a los rusos de Afganistán. Entre década y década y media después, los EEUU eran atacados, contribuían a atacar junto a Israel o trataban de gestionar el riesgo de todos y cada uno de esos grupos creados y alimentados con el dinero de los ciudadanos estadounidenses. Contemplado en diferido, buena parte de los tres mil ciudadanos estadounidenses asesinados en las torres gemelas han sido muertos con financiación de sus propios impuestos.

Tal vez todo el párrafo anterior sea ciencia ficción o creación literaria y cualquier parecido con la realidad sea pura coincidencia. La década de los ochenta fue sucia y ahora estamos recogiendo la basura. Aldo Moro fue asesinado por las Brigadas Rojas italianas en 1978. Algunas historias, que podemos tomar también como ciencia ficción si ustedes así lo prefieren, sugieren que tanto las Brigadas Rojas como el crimen organizado mafioso estaban infiltrados por la inteligencia italiana con dinero de la CIA en el marco de la macro-operación anticomunista Gladio. Moro quería una alianza con los comunistas italianos en plena guerra fría. A fin de contrarrestar el comunismo en Europa, también se dice que la CIA financiaba una logia negra masónica, Propaganda Due (P2), en la que asimismo se sitúa a Silvio Berlusconi como miembro. La P2 ha desaparecido, al menos tal como era conocida, y Berlusconi es el primer ministro más poderoso de la historia italiana.

Gazprom y la empresa energética italiana Eni han llegado muy recientemente a un acuerdo para superar los problemas que los rusos atribuyen a la interposición ucrania en el suministro de gas a Europa. Durante los primeros compases de la CIA, entre los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, una importante cantidad de dinero estuvo dedicado a operaciones encubiertas contra el comunismo en Europa. Hasta que la CIA tuvo presupuesto propio, la financiación de esas operaciones salía de los fondos del Plan Marshall. Está todo desclasificado y publicado. En aquellos tiempos, la inteligencia estadounidense armó y aprovisionó a cualquier resistente anticomunista organizado que prácticamente llamara a la puerta. La resistencia ucrania contra la Unión Soviética era activa entonces y, por ejemplo, la antigua Yugoslavia era un auténtico epicentro del denominado mundo libre contra el comunista mariscal Tito. Algunos de los insurgentes más comprometidos se agrupaban en función de filiaciones étnicas o religiosas. A principios de los noventa estallaba una guerra étnica en el centro de Europa continental, diez años después de la derrota del comunismo. Todavía no se han desclasificado los documentos que dan cuenta histórica del papel de la CIA en la caída del muro de Berlín, pero bien podría adjudicársele un papel en el aliento de corrientes disidentes en el interior de los Soviets. Ignoramos, todavía, si Putin desempeñó alguna misión en aquellas clandestinidades anticomunistas, aunque la prensa siempre le ha tachado de tipo gris y mediocre.

Ahora Berlusconi es el presidente de Italia y Putin el presidente de Rusia. La naturaleza de la inteligencia estadounidense en particular, y de cualquier otro potente servicio secreto en general, podría resumirse en torno a tres “C”: conocer, comprender y  cambiar la realidad. La CIA ha sido acusada repetidamente de no haberse enterado de ninguno de los acontecimientos que han conformado nuestra historia reciente. Sin embargo la CIA que vemos no necesariamente se corresponde con la que no vemos. En un servicio de inteligencia el componente encargado de “comprender” la realidad es su departamento de análisis. Habitualmente, los analistas utilizan la información proporcionada por el espionaje, es decir, por el conjunto de agentes destinado a “conocer” la realidad. Por último, “cambiar” la realidad ha recaído siempre en los servicios clandestinos, los responsables de las operaciones encubiertas. La CIA ha operado clandestinamente en la práctica totalidad del mundo. No siempre quienes tenían que conocer y comprender estaban al tanto de lo que estaba siendo cambiando.

El presidente George Bush se ha despedido pronunciando en su discurso que los EEUU no han sufrido un nuevo atentado terrorista en suelo americano en los siete años últimos años de su mandato. El terrorismo es el nuevo enemigo. Ese terrorismo de Bin Laden y los talibanes que hace décadas eran aliados, del Iraq que hace años era financiado contra Irán, de los rebeldes proatlantistas que se enfrentaban a Moscú o de los islamistas que debilitaban a la OLP. Incluso hay una novela cuya trama sugiere que ETA-pm asesinó a Carrero Blanco, al menos, con el conocimiento de la agencia de inteligencia estadounidense. La novela no hila tan fino como para desentrañar si se trataba de los agentes destinados a conocer, a comprender o a cambiar la realidad.

Hubo un instante, al acabar la guerra fría, en donde el crimen organizado estuvo a punto de ser declarado el nuevo enemigo global. Eran los momentos de los planes antidroga promovidos desde EEUU sobre un negocio ilícito que había financiado algunas operaciones para cambiar el mundo, o también de las estrategias antimafia sobre unos grupos a veces utilizados para lograr que todo siguiera como estaba. Ya saben que otra película apunta a la Cosa Nostra estadounidense, en connivencia con intereses del negocio armamentístico y diversos grupúsculos secretos, de encontrarse detrás del asesinato del presidente Kennedy. En fin tras desaparecer el comunismo, el crimen organizado global casi se convierte en el nuevo enemigo. Los servicios de inteligencia filtraban a la prensa informes sobre las ingentes cantidades de capital negro blanqueado que estaban contaminando las economías legales. De repente el terrorismo, un fenómeno activísimo en Europa desde los años setenta, golpeó a los Estados Unidos. Y el yihadismo detrás de él como doctrina aglutinadora. Ya teníamos al nuevo enemigo.

¿Ustedes recuerdan que los grupos terroristas palestinos secuestraban aviones durante los años setenta?; ¿recuerdan los constantes atentados en Europa?; ¿por qué el terrorismo ha tardado más de veinte años en convertirse en el enemigo global?. Quizás porque entonces se consideraba una derivación más de la guerra fría y, por tanto, ya teníamos a otro enemigo bien enfocado.

El gran juego siempre ha sido el arte de gestionar al enemigo. Es difícil creer que todo haya sido planificado al milímetro. Es decir, que después de un enemigo como el comunismo se decidiera que la guerra global iba a ser contra el yihadismo. La prueba de que no es así, de la ausencia de planificación, es la década de los noventa, donde los actores del gran juego estaban completamente desorientados, intentando organizarse en torno a una nueva realidad multipolar. A punto también ha estado China en algún planteamiento de ser el enemigo global para el siglo XXI. Sin embargo, la dependencia mundial del comercio y el consumo, y la importante de China en ese esquema, lo ha debido de impedir.

¿Necesita la sociedad global a un enemigo identificable?.  En los EEUU el mayor porcentaje del abultado presupuesto de inteligencia, ése destinado a conocer, a comprender y a cambiar la realidad, no lo tiene asignado la CIA sino el Pentágono, es decir, el Ministerio de Defensa.

(publicado en El Correo, 21enero2009)

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sábado, enero 10, 2009

VICTIM(TERROR)ISMO

Tawfiq al Tirawi fue director de los servicios de inteligencia de la Autoridad Palestina en Cisjordania a comienzos de la década del 2000. Es decir, algo así como jefe de inteligencia de Fatah, el partido fundado por Yasir Arafat. De momento, decir Autoridad Palestina y Fatah es nombrar conceptos equivalentes. Tirawi era jefe de inteligencia palestino cuando estalló la Segunda Intifada, convergencia estratégica en donde aparentemente todas las facciones palestinas se unieron ante Israel.  Actualmente Tawfiq al Tirawi es asesor de seguridad de Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Desde que Hamas ganara las elecciones palestinas, le fuera denegado gobernar y tuviera que asaltar el poder en Gaza, es difícil establecer si son los israelíes los más interesados en desalojarlos del gobierno de más de un millón y medio de palestinos o es la propia ANP. O los egipcios, que llevan años intentando equilibrar el efecto contagio recíproco entre los islamistas palestinos y quienes han sido su inspiración intelectual, los Hermanos Musulmanes originarios de su propio territorio. A tenor de la nueva fase de confrontación bélica entre Hamas e Israel que ha inaugurado 2009, Tawfiq al Tirawi ha afirmado que sin unidad no habrá tercera Intifada y también que el problema palestino es Hamas. A la ANP le vendría bien que Hamas fuera debilitada hasta tal punto que su (potentísima socialmente) implantación sobre Gaza se viera comprometida.

Es complejo de explicar, sin caer en sesgos o simplificaciones, cuál es la situación de gobierno en Palestina. Hamas triunfó sobre Fatah en las elecciones legislativas de 2006. Tanto unos como otros son organizaciones insurgentes que han utilizado y continúan empleando el terrorismo contra Israel a través de una diversidad de grupos. Fatah y la ANP han sido reconocidos por los mediadores internacionales, así como por Israel. Casi los mismos actores internacionales han expresado, de manera directa o indirecta, su fastidio porque Hamas venciera en unas elecciones con votación popular que les otorga un gobierno legítimo. Hamas está en todas las listas de organizaciones terroristas… y además gobierna la mitad de Palestina. La ANP y Hamas se han hecho mutuamente la limpieza étnica en Cisjordania y Gaza, han enfrentado a tiros a sus fuerzas de seguridad, se han apresado mutuamente, boicoteado y zaherido interna y externamente. Representan dos maneras distintas de entender a Israel y de comprender el conflicto en Oriente Medio.

Fatah es un movimiento nacionalista laico arraigado en la territorialidad, que reconoce a Israel como ocupante hostil pero también como vecino posible. El gobierno palestino de Cisjordania es el heredero de todas las negociaciones con Israel y de la capacidad personalizada en Arafat de aglutinar una idea de causa común palestina. Fatah es también, en Palestina, sinómino de corrupción, endogamia y oligarquía. Por su parte, Hamas es la exportación del islamismo suní para ser instrumentado como amalgama ideológica de la frustración de décadas de miseria palestina. Hamas ha combinado el adoctrinamiento religioso con su acción social de sostenimiento de familias desposeídas en Palestina, apostando al mismo tiempo con determinación por la violencia (casi siempre terrorista) sin concesiones contra Israel. Hamas simboliza el odio contra lo judío y, por su identidad islamista, canaliza todo el victimismo internacional construido alrededor del mito de lo occidental contra lo musulmán, tan bien aprovechado por las diversas concentraciones yihadistas en el mundo. En el victimario colectivo islamista, Palestina es uno de los profanados lugares y Hamas el contracruzado en resistencia permanente.

Así pues, el gobierno palestino está dividido entre el nacionalismo laico de Fatah en Cisjordania y el nacionalismo islamista de Hamas en Gaza. En medio de esos dos territorios desconectados, el Estado de Israel. La ANP es plenamente consciente de que la solución de un Estado Palestino no va a llegar con la mitad del eventual territorio de la nueva nación en manos islamistas. Nunca, pero aún menos desde el 11-S y desde que la cuarta guerra mundial haya sido declarada por EEUU con el yihadismo como enemigo global. Era cuestión de tiempo que Israel atacara Gaza. Lo único que necesitaba era una ecuación estratégica concreta. La ruptura de la tregua surrealista que mantenía con Hamas, la proximidad electoral en Tel Aviv y la revitalización negociadora que a Oriente Medio llegará con Obama componen una ecuación estratégica ideal para un Estado hebreo todavía resentido del fracaso de su campaña de 2006 en el Líbano contra otro movimiento islamista, Hezbollah. En 2006, por tanto, Hamas gana las elecciones en Palestina y Hezbollah derrota a Israel en el Líbano. Lo mejor que le podría pasar a Israel en 2009 es desalojar a Hamas de Gaza, promover la negociación con ANP e impulsar un Estado en Palestina de manera que, al final, Hamas sea un problema terrorista interno para Fatah. Parafraseando al mencionado Tawfiq al Tirawi, “el problema de Palestina es Hamas”.

Al otro extremo del Mediterráneo y aproximadamente a mediados de 2008, tanto un editorial en el periódico Gara como posteriormente un comunicado de ETA acusaban al PNV de querer extinguir a la izquierda abertzale para impulsar un nuevo pacto autonómico con el Partido Socialista de Euskadi. Con Batasuna y sus marcas ilegalizas y con la materialización de los acuerdos entre Eusko Askartasuna y Aralar, que simbólicamente se presentan como quienes recogen la bandera caída del abertzalismo de izquierdas, de repente en los focos del teatro político de Euskadi queda iluminado el PNV como el actor de la moderación nacionalista. Puede parecer paradójico a estas alturas contemplar al PNV de Lizarra o del plan Ibarretxe como un referente de moderación; pero Lizarra ya tiene diez años, el plan soberanista no acaba de salir y en la genética del PNV, igual que le ocurre al Fatah palestino, está por encima de todo continuar gobernando. El ejercicio de gobierno para el PNV es cumplir con una especie de misión mítica inmanente a la historia de Euskadi.

De tal manera, por la correlación de fuerzas políticas vascas en esta coyuntura concreta, el PNV está perdiendo perfil diferencial ante el electorado al tiempo que arrastra el obvio desgaste de legislaturas de gobierno. En el ideario de la progresión autonomista es superado por el PSE y en el ideario del avance soberanista puede ser amenazado, ya veremos, por una fórmula abertzale entre EA y Aralar, a la que no se le atribuía mucha vida en su bautismo pero que realmente ocupa un espacio político muy claro, bien definido y con masa de votantes. La nueva izquierda abertzale.

ETA se engendró en las juventudes del PNV cuando una serie de sus integrantes creyeron que el partido jeltzale estaba siendo demasiado moderado con la dictadura franquista. Los delirantes comunicados de la banda terrorista vuelven a mostrar esa percepción, como si por ellos no hubiera pasado el tiempo. De nuevo el paralelo recurrente del entreguismo del PNV, en esta ocasión a los socialistas, con ese improperio de la traición a la causa de Euskal Herria. Obviamente, tal realidad prefabricada y culpabilizadora sólo tiene sentido en el argumentario terrorista, pero es cierto que a ETA le sirve como palabrería de revestimiento en sus asesinatos. Los últimos atentados etarras están apuntando a las inmediaciones del PNV, después de que, nuevamente, las bases terroristas no se pongan de acuerdo en las últimas reflexiones asamblearias del conglomerado de ETA sobre la manera más eficiente de dirigir la violencia conta el nacionalismo gobernante vasco.

Ni el PNV es Fatah, ni ETA Hamas ni mucho menos Euskadi tiene el menor parecido con Palestina. Sin embargo, entre ambos mundos existe un paralelo que nos deja una enseñanza para el año que comienza. La violencia siempre tiene que ver con el poder. La denominada causa palestina al final no ha demostrado ser tan importante para sus defensores como asegurarse el protagonismo y la dirección en el momento de implementarla. En la causa del independentismo vasco, una banda terrorista lleva cuatro décadas retorciendo la realidad para justificar la profesión del asesinato, por encima de izquierdas abertzales y viabilidades soberanistas. Fatah en Palestina puede aprovechar a Israel para desbancar a Hamas… ¿sería una ilusorio que la ecuación estratégica que conforma la nueva izquierda abertzale, por un lado, y una alianza PSE-PNV, por otro, en combinación con una política antiterrorista basada en la ley, desbancara a ETA de Euskadi?.

(publicado en El Correo, 10 enero 2009)

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