viernes, junio 29, 2007

EL VOTO ABERTZALE

Andrés Montero Gómez
Lo más descorazonador del último comunicado de ETA es el retorno a sus actividades asesinas, pero no es lo más significativo de su mensaje. De acuerdo, es significativo porque la vida humana es, o debería ser, nuestra primera prioridad, pero es que el texto etarra no se centra específicamente en el regreso a los atentados. De hecho, ETA ya había interrumpido su cese de asesinatos atentando en la T4 de Madrid. No es una sorpresa que la banda terrorista anuncie la ruptura de su inactividad asesina porque esa ruptura ya se había producido.

Hay algo en el comunicado de ETA nos da una idea de lo preocupados que deberíamos estar y lo que, a veces, podemos equivocarnos en nuestros juicios y decisiones. Ese “algo” es el respaldo social abertzale. ETA ha entendido que el apoyo sostenido de una parte de la población a siglas o nulidades abertzales está relacionado directamente con el amparo de la violencia, y puede que sea al contrario. Puede que lo que el mensaje que la base abertzale de votantes haya estado intentando transmitir a ETA sea, precisamente, que apoyan el fin de la violencia. De hecho, la base de votantes ha depositado su papeleta en un momento en que ETA se encontraba inactiva en asesinatos y, además, hacia unas siglas, ANV, que explícitamente ha renunciado a la violencia. ETA ha interpretado el voto al revés y, lo peor, es que buena parte del electorado abertzale tiene que estarse tirando ahora de los pelos porque ETA no le ha entendido. La desesperación del votante abertzale es un buen escarmiento, porque muy simple se tiene que ser para no saber que ETA siempre interpreta la realidad a través de su modelo terrorista, en función de sus intereses totalitarios.

La interpretación por parte de ETA del voto abertzale encierra otra enseñanza, esta vez en política antiterrorista. Cuando hay que decidir una estrategia frente al terrorismo, la ambigüedad es siempre un factor de vulnerabilidad. Dicho concretamente, o se legaliza o se ilegaliza, pero ilegalizar legalizando siempre deja un resquicio para el aprovechamiento torticero, como así ha sido. El Tribunal Supremo, con algo de apoyo del Fiscal General, abortó varias listas de ANV pero dejando las suficientes como para que hasta el más despistado pudiera hacer un recuento aproximado de la base electoral abertzale. Encima, para colmo de males, ANV tiene representación incluso en Navarra, el grial obsesivo de la territorialidad etarra. Lo perjudicial de dejar resquicios abiertos a alguien convencido de que tiene que imponerse a los demás asesinando es que aprovechará el resquicio, no a favor del asesinado sino del argumento del asesino. El proceso de impugnación de listas abertzales ha sido tan nefasto, por incompleto, grueso e ineficaz, que la percepción que ha dejado es que media Euskadi ha votado abertzale. Así, supongo que aprenderemos para la próxima vez.

El siguiente elemento central del comunicado de ETA continúa sin ser la suspensión de la desactivación de asesinatos, sino sus palabras al PNV. La política de Imaz, que es una de las más acertadas del PNV a lo largo del tiempo pero que llega totalmente descompasada (hubiera sido más efectiva en la política antiterrorista de Aznar), ha sentado muy mal en ETA. Tan mal ha sentado porque el PNV ha leído correctamente el sentimiento de buena parte del electorado abertzale que desea el independentismo sin violencia. Y el PNV se lo ha dicho a ETA y los terroristas creen que los jeltzales son unos traidores por eso. Porque lo que no ha comprendido ETA todavía es que puede perseguirse el soberanismo por medios exclusivamente políticos, que incluso en Nafarroa hay una base emergente de electores que buscan la independencia. Es una fuerza de compensación a la globalización y cada vez se extenderá más. ETA no lo entiende porque no le conviene entenderlo, porque es una organización profesional que se dedica a la extorsión y al asesinato y se alimenta por tanto de un conflicto que ella misma genera.

Ahora lo que queda son los intereses del Estado por encima de los partidos, una idea demasiado bonita como para ser cierta. Al PNV le toca protegerse, por si acaso. Al PSOE, perder las elecciones generales construyendo un nuevo pacto antiterrorista con el PP de Rajoy, si fuera posible incluyendo al PNV de Imaz. Demasiado sensato como para que nuestros políticos lo suscriban.

(publicado en El Correo, 6 junio 2007)

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