jueves, febrero 19, 2009

DEMOKRAZIA

La anulación de las listas de Askatuna y D3M supone un hito histórico para la democracia en Euskadi. Continua sin haber un ejercicio pleno de la libertad por la extorsión y la violencia de ETA, es cierto. La democracia, no obstante, ha salido de su adolescencia en las Vascongadas. Por primera vez desde el fin de la dictadura, el parásito del totalitarismo etarra estará fuera del legislativo vasco. En algún momento será expulsado también de los ejecutivos locales. Entonces la joven democracia vasca, que las próximas elecciones autonómicas quedará inaugurada en Euskadi, habrá entrado en esa etapa en la que tiene que construir su identidad, construirla al margen de ETA. Demokrazia joven intentando ser adulta… si se lo permitimos.

Todavía no estamos en ese punto. Ha costado abandonar la adolescencia. Y el costo ha sido elevadísimo. Demasiados muertos asesinados. Era imposible pensar en una democracia que entrara en su etapa de juventud adulta con ETA en las instituciones del Estado de Derecho. Hasta la próxima convocatoria electoral de marzo ha venido siendo así. La democracia en Euskadi estaba infantilizada. Cada votación, cada pronunciamiento de la ciudadanía, estaban manchados de ETA. Aún lo están en un número intolerable de ayuntamientos. Es como si en el parlamento israelí votara Goebbels.

Richard Williamson es un obispo católico de origen británico. Hasta hace muy poco no era obispo. Desde 1988 concretamente. Entonces, bajo el papado de Juan Pablo II, fue excomulgado y apartado de su sacramento por haber sido uno de los obispos ordenados por Marcel Lefebvre en el marco de la que se conoce como Sociedad de San Pío X (SSPX), visceralmente contraria al Vaticano II. Lefebvre comenzó a ordenar obispos por sí mismo para la SSPX sin el permiso del Papa. Estoy convencido de que el francés Lefebvre pretendía acercarse a emular la hazaña del monarca más absoluto de Inglaterra, Enrique VIII, con el anglicanismo. En realidad lo que hizo Enrique VII fue, ni más ni menos, que fundar la Iglesia de Inglaterra y autonombrarse representante de Dios en esa porción insular del planeta tierra. A Lefebvre no le acompañó la época para semejantes hazañas, entre otras cosas porque tampoco era monarca de una isla.

Ratzinger era inquisidor mayor con Juan Pablo II y ahora, como Papa, acaba de rehabilitar a Williamson. Nada más recuperar el orden sacerdotal y ya como obispo, el lefebvriano Williamson ha declarado a una cadena de televisión sueca que el holocausto, tal como lo conocemos, nunca existió. El obispo que opina que la iglesia que salió del Concilio Vaticano II es demasiado moderna y hasta herética, también considera que el cómputo de judíos exterminados por los nazis es, en realidad, de un cinco por ciento sobre los 6 millones contabilizados por la Historia. De esos trecientos mil judíos aniquilados ninguno lo fue, en palabras del obispo rehabilitado Williamson, a través de cámaras de gas en campos de concentración. Durante la entrevista, el seguidor lefebvriano advierte a los periodistas suecos que si manifestara sus opiniones en Alemania sería inmediatamente arrestado y juzgado.

Negar el Holocausto en Alemania es ilegal y delictivo. En Euskadi, negar el terrorismo de ETA es incluso rentable políticamente. Igual nos parece que Alemania es predemocrática. El Tribunal Constitucional español sentenció en su momento que negar el exterminio judío no era delito, aunque sí lo era expresar ideas que apoyaran o justificaran el racismo, el genocidio o la violencia. Hilamos fino. Precisamente por lo fino que hilamos, hemos podido mantener a un grupo terrorista en uno de nuestros parlamentos durante varias décadas, haciendo enana a nuestra democracia. Ahora hemos decidido crecer. A ver cuánto nos dura.

(publicado en El Correo, 18febrero2009)

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